miércoles, 25 de abril de 2018

ECUADOR, FALSIFICACIONES AEROFILATÉLICAS (VII): SCADTA, LA RECHAZADA

Italo Bongiovanni

La estampilla de un sucre con cincuenta centavos
de la serie SCADTA conocida como La Rechazada
En el capítulo anterior hablamos de la serie conocida cómo La Rechazada, sosteniendo que toda la historia es falsa. Hay una serie de consideraciones que fundamentan esta tesis:

El conde Königl no estaba presente a la firma del contrato porque, en el mismo contrato, se lee que para SCADTA estaba presente una sola persona, don Hermann Kuehl, que hacía parte de la dirección de la Sociedad.  El Conde era un simple empleado, encargado de abastecer las oficinas de sellos, y no tenía poder de decisión. De otro lado, las tarifas habían sido decididas desde hace mucho tiempo, concertadas entre el Gobierno y SCADTA, y la presencia del Conde habría resultado inútil.

El Conde llegó a Guayaquil sólo el 13 agosto, como refiere el diario El Comercio, y llegó con una gran cantidad de sellos de SCADTA-Colombia, lo que confirma que ya se pensaba en resellarlos para Ecuador.

Vamos ahora a considerar la cosa más importante: la imprenta Senefelder nunca había producido sellos, no tenía máquinas para producir, ni para engomar, ni para dentar sellos, ni las podía conseguir en poco tiempo, ya que estas máquinas se obtenían sólo en Estados Unidos o en Europa y seguramente eran extremadamente costosas, así que pensar en que el dueño de la imprenta haya aceptado el encargo para imprimir sellos una sola vez y que haya logrado  entregar un producto perfecto en solas seis semanas , sin presentar pruebas ni de color ni de dibujo, no es en absoluto aceptable.

Se pueden hacer otras consideraciones: la alta calidad de los sellos de la Rechazada  no es compatible con el año 1928 y hace pensar en los años 1934-35.  Su calidad es preciosa, la palabra SCADTA está en 3D, la palabra PROVISIONAL está siempre bien centrada, lo que no pasa con la provisional de 45°, donde la sobreimpresión se desplaza y la calidad es tan modesta que a veces la palabra ECUADOR se imprimió ICUADOR o CUADOR.

Quien hizo producir esta serie se olvidó que SCADTA necesitaba de un sello específico para las cartas certificadas.

A pesar que estos sellos nunca se utilizaron para enviar correspondencia y por lo tanto son solo cromos y que no pueden ser clasificados como falsos ya que son inventados, la Rechazada ha sido un óptimo business para los que la crearon y la pusieron en venta a precios muy altos, difundiendo la falsa historia que todo el mundo aceptó.
  
Queda otra pregunta inquietante: ¿Quién tenía disponible en los años 30s la tecnología y los recursos para imprimir una serie tan bien hecha? Es una pregunta de gran importancia a la luz de lo que vamos a decir más adelante.
  
Para terminar, me pregunto cómo el Sr. Gebauer, autor del libro Los primeros cincuenta años del correo aéreo en Colombia, pudo conocer  el tiraje de cada valor de esta serie.

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